I-tal es una palabra de origen Rastafari y
derivada de la palabra en inglés “vital” (la “I” representa la unión entre las
personas y la naturaleza), una palabra que se usa cuando se está hablando de
alimentos que son naturales, puros y siempre provenientes de la tierra, una
palabra que le da nombre a un restaurante de comidas veganas y vegetarianas de La
Plata.
Yendo por 14 o por 57 uno puede encontrar
“Itals”, grandes letras amarillas contrastan contra paredes verdes anunciando
su nombre, mesas y sillas en la vereda dan un lugarcito para estar al aire
libre. “Comidas Vegetarianas” es el subtitulo del local, un poco explicativo
para quienes todavía no lo conocen. Restaurante, bar y delivery de comidas
basados en una dieta vegana, Itals busca enseñar una forma de alimentación
saludable, busca redefinir las líneas de la alimentación que ya todos
conocemos. Dentro de Itals se realiza un intercambio de conocimientos, tanto de
quienes trabajan allí como de quienes son sus clientes.
El alimento como medicina es una de las ideas que empujan
a Itals a ser lo que es, en entender como la energía de los alimentos nos
afectan en todos los aspectos de nuestra vida, un concepto también aprendido de las raíces de la cultura rastafari. Otras herencias se pueden ver también por todo el
lugar; sobre las paredes bordo y naranja se pueden ver pintadas las figuras de
un hombre bailando, de otro tocando el tambor y la de una mujer llevando una
bandeja llena de frutas, todos con labios grandes y pelos oscuros. Otros
pequeños detalles en el restauran reflejan sus ideales, como las palabras
pintadas sobre los espejos de las estanterías: “amor, “unidad”, “paz”.
Una biblioteca se apoya contra la pared al
lado de las puertas que dan la bienvenida al restauran, una biblioteca con todo
tipo de libros, ya sean de alimentación, medicina natural o meditación, de
poemas o de cuentos, y también con libros que algunos autores ceden al lugar
después de compartir allí un plato de comida. Porque Itals es también un espacio
para compartir con artistas independientes, un espacio abierto para que ellos
se peguen una vuelta por ahí y entre comida y comida toquen un poco de música,
reciten cuentos o pinten un cuadro. Sobre cada mesa hay un sobrecito blanco:
quién quiera puede dejar algo en él para los artistas.
La cocina es pequeña pero está repleta de
comida, algunas preparándose, otras ya listas u ocupando uno de los tantos tuppers
que hay adentro de la heladera. Todas estas comidas están realizadas con
alimentos naturales que no tienen ningún tipo de aditivos (conservantes,
colorantes, químicos o esencias), nunca fueron enlatados y que a pesar de ser
cocinados se sirven lo más crudos posible para conservar sus nutrientes. Las
frutas y verduras todas vienen de una huerta orgánica, todas las masas son
realizadas con harina integral, las bebidas son naturales: té, licuados de
frutas o de leche vegetal, cervezas artesanales, vinos orgánicos o simplemente
agua mineral.
Desde hace más de tres años, Itals abre sus
puertas de lunes a sábados para poder disfrutar allí desayunos, almuerzos y
cenas (tal vez más adelante la merienda) vegetarianos, sanos y naturales, para
intentar volver al principio de todo, la semilla.
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